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jueves, 7 de julio de 2011

Visítanos

Por: M.Castillo Córdova


Si los peruanos conociéramos más acerca de nuestra cultura podríamos generar más turismo en el país
Seriamos capaces de narrar que tal impresionante es nuestra cultura e invitaríamos a la personas a formar parte de ella, las personas que viven en el exterior podrían dar testimonio acerca de los fabulosos lugares que tiene el Perú, además de generar ingresos mediante el turismo.
Los peruanos deberíamos conocer nuestro país antes, ya que si hacemos esto cuando tengamos la oportunidad de estar en otros lugares podremos ser testimonio vivo de miles de las miles de bondades que el Perú nos brinda.
Conozcamos lo nuestro

Un supuesto amor al Perú

Por: M. Castillo Córdova
Existe en verdad el tan profesado amor por el Perú
El amor por la patria es más que saber el himno nacional, es más que dar una gran fiesta el 28 de julio, es más que conocer de memoria todos los símbolos patrios y colgar una bandera en nuestra casa durante un mes completo, es más … es mucho más.
El amor al Perú es más que gritar “Viva el Perú, carajo”, más que celebrar un gol, más que una clasificación a algún mundial, más que un presidente, más que una persona, el amor al Perú es amar a miles de personas que son distintas a ti, es amar toda una cultura que va más lejos que una religión, un idioma, o una creencia, el amar al Perú es ser consciente de que somos uno.
José María Arguedas tenía un verdadero amor por el Perú uno que iba más allá de simples palabras, uno que no consistía en un triunfo, ni un reconocimiento, ni mucho menos una obligación, enseñanza o costumbre, tenía uno real, un amor que sentía los latidos de la tierra, un amor hacia las pequeñas cosas bellas, un amor por el indio, por lo nuestro, esto es admirable y nosotros deberíamos imitarlo.

"El quechua muere de vergüenza en el Perú."

      Por: 
     Ana Claudia Chávez R.


      Es el lenguaje folklórico del pueblo peruano, reflejado en las costumbres, usos y creencias que se han asentado en las profundas capas sociales de la peruanidad..Ha enriquecido con su vocabulario las manifestaciones colectivas, manteniéndose vivas y latentes en el alma popular.
Ahora se esta hablando menos ,la gente no quiere que sus hijos aprendan a hablar justamente por esa razon porque dificulta para hablar el español y  por las creencias de siempre que uno que habla quechua es serrano ,cholo etc
Se deberia enseñar este bonito idioma en los colegios , para que  no desaparesca  es parte de la cultura peruana

Una vida reflejada en grandes obras

Por: M. Castillo Córdova

José María Arguedas, más allá de ser el reconocido escritor, autor de grandes éxitos literarios y demás; fue un atormentado debido a los constantes maltratos y traumas que sufrió a lo largo de su niñez – adolescencia, sin embargo estos marcaron sus obras.

Perder a su madre, tener a un padre distante, ser despreciado por su madrastra,  haber sido tratado como un esclavo más, que su hermanastro lo haya hecho presenciar actos inmorales y desgarradores. Definitivamente marcaron la vida de este conocido escritor de una forma agria y oscura, la cual él se encargó de reflejar, quizá de forma inconsciente, en sus libros.

Según Carlos García Bedoya: “Como es conocido, la presentación de la sexualidad, en la obra de Arguedas es fundamentalmente desgarrada, es una presentación extremadamente cruenta de la sexualidad, no es una sexualidad gozosa, no es una sexualidad de disfrute”. Esto se ve en varias obras del autor, él no presenta la sexualidad como un gozo o algo de disfrute como luego lo afirma Mario Vargas Llosa: “En estos relatos hacer el amor no es jamás una fiesta en la que una pareja encuentra una forma de plenitud, una acción que enriquece y completa a la mujer y al hombre, sino un impulso gobernado por oscuras fuerzas a las que es difícil desobedecer y que precipitan al que cede a ellas en un pozo de inmundicia física y moral”. Esto se debe a que su hermanastro lo hizo presenciar actos de violación contra su tía, definitivamente quedó marcado. Arguedas visualiza a la mujer como algo puro y no puede hacerlo si es que ésta se presenta como un objeto de apetito material.
También podemos ser testigos que en algunos cuentos de Arguedas se presenta al niño blanco que es tratado al igual que un esclavo, esto se debe a que Arguedas fue tratado así por su madrastra y su hermanastro como el mismo afirma en “yo soy hechura de mi madrastra”: “Voy a hacerles una confesión un poco curiosa: yo soy hechura de mi madrastra. Mi madre murió cuando yo tenía dos años y medio. Mi padre se casó en segundas nupcias con una mujer que tenía tres hijos; yo era el menor y como era muy pequeño me dejó en la casa de mi madrastra, que era dueña de la mitad de un pueblo; tenía mucha servidumbre indígena y el tradicional menosprecio e ignorancia de lo que era un indio, y como a mí me tenía tanto rencor como a los indios, decidió que yo debía vivir con ellos en la cocina, comer y dormir allí.”
Arguedas tuvo grandes problemas que lo marcaron pero, más allá de ellos supo aprender a vivir, ya que es consciente que a raíz de ellos conoció grandes cosas y a través de su arte supo luchar por ellas en el futuro.

"De la mano: educación y folklore."

      Por:
     Ana Claudia Chávez R.

     La cultura está sujeta a cambios al igual que el arte popular que también cambia con el tiempo.
Luis Izquierdo Vásquez, el rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos también afirma que va avanzando a media de que pasa el tiempo. Él dice que en la época de los 90 el Folklore alcanza grandes espacios antes ajenos, el principal es el ingreso paulatino al sistema educativo así como la conquista de sectores sociales y ámbitos marginales. Para los años 2000 el Folklore convive con nosotros en casa, en el colegio, en las actividades populares como en ceremonias oficiales.
Es así como el Folklore responde y forma parte de las transformaciones sociales y culturales de nuestro territorio. En la actualidad esta ha adquirido nuevas connotaciones, tratos, formas y contenidos: se ha convertido en una actividad profesional (profesores de danzas), en una actividad empresarial (circuitos turísticos y comerciales) y en una actividad lúdica, de divertimento y ocio. Pero lo más importante es que se ha hecho vital como elemento formativo en la educación convirtiéndose en un medio (más que en un fin), en una herramienta y en una forma necesaria de educar y finalmente en un elemento constitutivo de identidades.
Mantener el Folklore y la educación es un reto constante pero no imposible y esto lo demuestra el interés que muestran los estudiantes sobre nuestra cultura andina y también que se ponga en énfasis nuestra identidad, que se haga participar de manera más activa en la vida política, social y cultural al poblador andino. Estas acciones han provocado la necesidad de insertar en las políticas educativas naciones y regionales en los estudios referentes a la cultura andina, especialmente las referidas a la danza y música, los cuales son cada vez más convincentes.

Religión Inkasica: Enseñanzas para una sociedad desinteresada

Por: M. Castillo Córdova
Una religión que nos fomente más el amor a lo natural nos haría cuidar más lo que nos rodea
Los incas respetaban a la naturaleza, tanto así, que seguro de vivir en la actualidad no podrían creer en lo que estamos convirtiendo nuestro medio ambiente.
Ellos consideraban a la “pachamama” (tierra) un dios, y por tanto le daban todo el cuidado necesario, la trabajaban con respeto y amor, rendían tributo; para los incas sería inconcebible el uso de tantos fertilizantes, insecticidas y demás. Actualmente no hacemos más que interesarnos en la supervivencia y hasta lo más puro y simple, lo contaminamos simplemente para acelerar un proceso o mejorar una producción. Gran parte del territorio del Perú está apto para ser cultivado, pero nosotros cada día escapamos más lejos de nobles tareas como estas, simplemente por el hecho de que hemos desvalorado al campesino, lo hemos convertido en un sirviente mal pagado, en vez de agradecer su entrega, su esfuerzo, gracias a ellos nosotros preservamos todas las variedades de alimentos. Deberíamos darle a cada persona lo que merece por su trabajo.
La “Qochamama” (mar) era un dios temido, respetado, que les brindaba alimento. Ellos siempre actuaron con cautela cuando se trataba del mar, pues eran conscientes que su furia podía perjudicarlos, le rendían tributo, hasta lo consideraban un dios. Qué pasaría si los incas vieran en lo que se ha convertido tan hermoso tesoro, contaminados, con un color negruzco  e incluso peligrosos para la salud, actualmente quien se atrevería a meterse al mar cuando en la cercanía hay un puerto en donde descargan miles de embarcaciones que no solo contaminan por el combustible sino también por los desechos de las fábricas.


Dios “Inti” (sol) la máxima divinidad en los Andes, que pensaría este gran personaje de ver como todo se cae a pedazos, deberíamos tomar consciencia de lo que es mejor para nosotros y empezar a cuidar y preocuparnos por lo que nos rodea, pues son estas “pequeñas” cosas en las que no pensamos día a día las que garantizan nuestra vida aquí en el planeta tierra.

Superstición: Parte de una cultura

Por: M. Castillo Córdova

Las ciudadanos de los andes tienen la superstición como parte de su cultura
Brujos, duendes, animales invencibles, espíritus y demás forman parte del temor cotidiano de cualquier habitante de la sierra peruana.
La creencia popular del chaman, que cumple la función de místico, ve el futuro, contacta con los muertos, cura enfermedades y demás.
También tenemos a las brujas, que a través del tarot son capaces de ver lo que sucederá, mediante la lectura de manos y los signos del zodiaco son capaces de averiguar rasgos de la personalidad o distintos formas de ser o expresar tu carácter.
Existen  creencias más comunes como baños de florecimiento, o rituales de amor o supersticiones relacionadas con espejos, escaleras y animales.
Importante mencionar al popular equeco, este pequeño hombrecito que se encargará de brindar bienestar económico a aquel que lo posee.
Estas creencias pueden resultar graciosas y hasta descabelladas pero siempre debemos ser conscientes de que forman parte de nuestra cultura y debemos aprender a aceptarlas, eso sí debemos tener mucho cuidado antes de dejarnos influir o llevar por ellas.